martes, 16 de febrero de 2016

Palabras Prohibidas

Este jueves a la mañana descubrí que me revienta la palabra “MUY”. Me estropea la digestión.

"MUY" es el enemigo.

No existe nada peor que esta vil y repugnante palabra, NADA.

Aquellos que la usan deberían sufrir el más divino de los castigos. Caronte no debería dejarles cruzar el río Aqueronte ni por toda la plata y el acero de los Halcones Galácticos. Las Valquirias tomaran tu mano y se elevarán sí; más no para llevarlos al Valhalla, sino para arrojarte desde lo alto de un acantilado. Y Buda te sacara la lengua.

A estas alturas temo ser tildado de exagerado. Pero es menester recalcar la malicia de usar esta palabra. "MUY" es el enemigo de la seducción. Es prima de la mediocridad, hermana de la inconformidad y juega un picadito todos los domingos con la soledad. Así es.

Usar MUY es de poco hombre y de uno VAGO.

Un verdadero hombre jamás estará “muy cansado”, estará exhausto.

No estará “muy triste”, estará taciturno. 

Jamás tendrá mucha (su hermana gemela) hambre o será muy fuerte: estará voraz y será inexorable.

Creo que fue Sócrates quien dijo: "chochamus, el lenguaje existe con un solo propósito: cortejar mujeres. Y en esa tarea queridos, la pereza no será suficiente". Y si no lo dijo.....debería haberlo dicho.


Pedro Gomez Goldin

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