jueves, 18 de febrero de 2016

Las Cosas Que Importan (Encuentro con Odin 1)



Domingo a la mañana. Temprano. Demasiado temprano para ser un domingo. Yo creía que los domingos arrancaban a eso de las 11:00 hs. Pero no. Resulta que si te acostas temprano el Sábado anterior (porque seguramente te hiciste el alemán y arrancaste a escabiar a las 6 pm, pero bueno, divago) tipo 08:00 am el domingo está.

Ahí, con luz pálida y lleno de esperanza. Nos saludamos como dos cordiales desconocidos que somos (el domingo a la mañana y quien les habla) y me fui derecho a saludar a la señora heladera (con ella si nos conocemos de hace mucho).

No pude evitar notar que en mi sillón había un hombre enorme con un parche, un sombrero de ala ancha y dos cuervos, uno en cada hombro, sentado mirando a mi televisión, con un joystick en la mano.

Lo primero que hice fue lo que cualquier ser humano de sangre caliente con dos dedos de materia gris en el marote hubiese hecho: me fije a que juego estaba jugando… Mortal Kombat 9 por si les interesa a los curiosos.

La ruta hacia la señora heladera ya había iniciado su curso… así que no podía detenerse, pero si admito que cuando la abrí y cacé el cartón de jugo de naranja (cual ávido guerrero galo en busca de jabalíes salvajes… es decir que lo agarre con las manos) resolví corroborar si el señor del sombrero y los cuervos aún estaba en mi living.

Ahí estaba. No sé si mencione ya que tenía un parche. Pero me miro con su único ojo e hizo dos suaves golpecitos con su mano izquierda sobre mi sillón para que me siente al lado de él con una sonrisa que nada tenía que envidiarle a Papa Noel. Su larga barba subía y bajaba mientras sonreía porque metía bien los combos en el jueguito. Cuando me senté a su lado vi que estaba usando a Liu Kang y que jugaba bastante bien. Me pregunté hace cuanto que estaría practicando los domingos a la mañana en mi casa.

-¿Cómo andas pedrito?- Me pregunto.

-Muy bien, todavía un poco dormido……-

-¿Sabes quién soy?-

Medité un segundo creyendo saber la respuesta. Ese sombrero, su báculo al lado del perchero, el parche, los cuervos… si bien sabía que posee más de 200 nombres me la jugué por el popular.

-¿Odín? -Pregunte tímidamente, casi pidiendo permiso para decir ese nombre en voz alta.

-Ahap. El padre de todo. Sé que vos podes hablar mientras jugas, agarra un control pedrito. Vengo practicando hace bastante, creo que te puedo llegar a dar pelea.-

Mientras fui a buscar el control y me ate el pelo para poder ver mejor me pregunte como podía ser…. ¡Que el sillón aguantase semejante tamaño! este hombre debía de pesar a simple vista 250 kg cuando menos.

-¿Es la primera vez que venís? -Pregunté.

- ¿A este departamento? ¡Jo Jo Jo! ¡No! ¡En absoluto! Vengo todos los domingos prácticamente desde que te mudaste… mira el combo que te hago ahora.-

Me bajo casi la mitad de vida… elegí un personaje muy lento.

-¿Querés un café?-

-Te aceptaría si no fuera porque ya me tome el bueno que tenías, te queda solo la porquería esa instantánea. Una vez que uno se acostumbra a las cosas buenas de la vida es muy difícil bajar. Sucede con casi todo en la vida en realidad. Por eso ustedes tienen suerte. Viven poco. Todo tiene la posibilidad de ir mejorando. Cuando llegas a mi edad te imaginaras que ya evolucione todos mis gustos. Y lo bueno bueno… se va agotando. Excepto las mujeres. Esas se actualizan infinitamente. Son como la base de datos de los antivirus gratuitos.

-Claro- Respondí.

Le meto un gancho y lo mate. Vamos 1 a 1. Vamos a un tercer combate, el que gana, gana.

- Y mmmm…- No sabía cómo articular la pregunta sin que suene a una película de Disney que no va al cine, sino derechito a los vhs. – ¿Hay otros Dioses por Villa Urquiza?-

-No. No en Villa Urquiza. Horus creó que esta por Caballito. En el Sur hay un montonazo. Y si, sé que dilucidas por mi respuesta que… ¡La puta madre! ¿Cómo hiciste eso?-

- Con L1 y L2 al mismo tiempo-

-Ahh, no la tenía esa. En fin, claro. Te decía que te darás cuenta que lo que me querías preguntar era si hay muchos Dioses dando vueltas por aquí y acullá. Y si pedrito, estamos en todos lados. Todo el tiempo. Vos si bien nos rezas a veces en chiste nos traes acá. A mí me nombraste tantas veces que prácticamente me invocaste. Y yo no tengo poderes de incidencia sobre los resultados de tus exámenes, sobre si la minita va a responder el mensaje o si sobre el bondi va a llegar rápido. ¡Vamos querido despabílate un poco y apréndete los nombres de los Dioses que si corresponden!-

-Perdón. No se me los nombres de esos- dije tímidamente.

-Invéntalos entonces, les va a gustar, y sabrán que les estás hablando a ellos. Pero siempre usa el mismo una vez que lo inventaste, así saben que te dirigís a ellos. Es como con los perros. Le podes decir como quieras y saben que los llamas. Ahora si le cambias el nombre cada dos meses se marean las pobres bestias. Con los Dioses pasa lo mismo.

-Entiendo- le mentí. ¿Y… son todos tan….mmm-

-¿Majestuosos como yo? – me interrumpió mientras se tocaba con la punta del dedo índice el ala del sombrero y rió una risa gruesa, profunda, sonora. Buena.

Estamos los dos muy cerca, dos golpes y me mata. Yo solo tengo que tocarlo…. Creo que voy a dejarlo ganar, pero tengo miedo que se dé cuenta. Quizás lo mato así lo incentivo.

-No. Yo visto así porque me gusta mi “look”. Los otros son tan normales que nunca los diferenciarías de un Carlitos o un Omar cualquiera. O una Roberta. Hay incluso algunos con formas de tostadoras, de animales, de nubes o de rayos del sol.-

Le meto un gancho y lo mato. Rápidamente pongo para pelear de nuevo, quiero ver si lo incentive.

Sonríe tanto que las comisuras de la boca parecen llegarle hasta las cejas. Pobladas, grises y majestuosas.

-¿El problema sabes cuál es Pedrito? -Me preguntó.

-¿Cuál?- Pregunte de inmediato.

-Ustedes. La gente. Están tan ocupados con sus celulares, sus tablets, sus reuniones de trabajo (por que no es todo culpa de la tecnología, me aclara), sus juntadas con amigos que no les caen bien, sus esposas que no toleran, sus amantes que no desean, y sus colegas venenosos, que no se dan cuenta. Pero el principal problema está en su propia mente. ¿Vos a que le tenes miedo por ejemplo pedrin?

-A tener miedo.-

-¿Ves? Me acusó. -Te generas un potencial problema donde no lo hay. Tu mente se amotina y patalea contra su propio bienestar. Me ganaste, y te voy a conferir un secreto: Es fácil estar bien. El desafío está en estar increíble. Pero para eso hay que saber disfrutar de todo, de tu mortalidad, de tu miedo, de tu tristeza, de tus celos, de tu rabia. Disfrútalo todo. Porque el compensar esos sentimientos con su espejo contrario (o sentimiento inverso) hará que los últimos se potencien.-

Algo frió y caliente me recorrió el espinazo y los brazos se me pusieron como piel de gallina, igualito a cuando Mel Gibson grita: “FREEEEEEEDOM!!!!”, en brave heart.

-Sacarse a los que no sirven si bien no es tan fácil como en la Edad Oscura, donde con un hachazo bien afilado te olvidabas y no había tu tía… hoy no está taaaaaan complicado tampoco. Y todo ese conjunto de cosas hace que no nos recen, que no nos vean. Y estamos ahí. Hay dioses para todo, para el amor y para el odio. Y tienen que hacerse amigos de ambos, porque ambos están caminando por ahí. Ambos son poderosos. Pero el saber que existen hace que uno pueda elegir a cual darle más poder. En criollo pedrito: En la vida (y en otros planos también, pero ahora no te voy a hablar de ellos) siempre va a haber boludos. Siempre. Que tanto poder tengan depende de uno. Si les das mucho será un boludo enorme que te carcomerá el alma, de la misma manera que lo hacen las cosas que mencioné antes. ¿Hidromiel no tenes, no?-

-No. Perdón- Me excusé.

-A veces pierdo la noción de donde estoy, claro. ¿Cómo vas a tener Hidromiel?-

-Si no les das poder- continuó- Van a ser boludos chiquititos. Y ustedes hoy en día tienen esa conjunción de cosas: No nos ven, pese a que estamos en todos lados, a plena vista, no nos rezan ergo no nos disfrutan y por encima de todo le dan ese poder que debería estar destinado a nosotros, a los boludos grandes de la vida, dándoles demasiado poder. ¿¿!! Como es posible que Fulano de tal, el tarado de la oficina tenga más poder, para Clotilde del 5to B, que Thor que es quien trae las lluvias y los truenos!!?? 

Su voz retumbo como un trueno por todo el departamento, igual que cuando se me cae el wok.

-¿O que la preocupación por cambiar el último modelo de auto/celular/televisión, o lo que fuese, tenga más energía que Gaia, madre de la naturaleza? Me niego a que caigan en eso.-

-Yo también me niego- aventuré con más valentía que la que demostré anteriormente.

-Ya se pedrito, por eso te visito. La próxima semana te palizeo, voy a elegir a Sub-Zero mejor. Me tengo que ir. Si te copas con unas facturas yo traigo hidromiel. Vos seguí escuchando mucho Blues que hace bien.-

-¿Te gustan con pastelera?- le pregunte.

-Sí- me respondió.


Pedro Gomez Goldin

No hay comentarios.:

Publicar un comentario